Las personas tratamos constantemente de interpretar lo que nos rodea, a veces con el afán de controlarlo. Para ello reducimos la realidad a conceptos que somos capaces de manejar. Cuando queremos asignarles un orden a esos conceptos para hacerlos interactuar en un sistema de ideas que nos resulte manejable, entendible, asignamos rótulos a las ideas. Eso las hace más simples aún.
A veces las personas confundimos esos conceptos con la realidad misma, degradando así la experiencia de la realidad. Peor aún, a veces nos conformamos tan solo con los rótulos y pretendemos conocer algo solo por su nombre.
Afortunadamente la realidad es compleja. Inmensamente. Mucho más que un simple rótulo, y más que un concepto. Eso la hace interesante. Inabarcable.
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